Manel Peiró
Llega el verano con una sensación generalizada de cansancio, de extenuación. Venimos de un periodo electoral continuado desde hace más de un año y cuando este artículo llegue a sus manos quizá se haya logrado formar gobierno tras las elecciones del 26 de junio o las consecuencias del Brexit sean más claras o, simplemente, todo sea un poco más complicado.
No conozco a nadie, pacientes, profesionales, gestores, académicos, incluso políticos sanitarios, que no consideren que la atención primaria debe ser la piedra angular del sistema sanitario, tanto por su contribución a la mejora de la atención sanitaria como por su impacto decisivo en la sostenibilidad del sistema. ¿Qué sucede, pues, para que con esa misma unanimidad se considere que la atención primaria aún no juega ese papel central? ¿O que, de un modo más controvertido, se proponga la necesidad de su reforma, de su transformación, para que sea más resolutiva?