Estaba inconsciente, olía a alcohol, respiraba con dificultad y pensé que era otra borrachera festiva. pero el residente que hacía guardia conmigo lo exploró a conciencia y me comentó que presentaba miosis y que tenía pinchazos en las flexuras de los codos. Al principio no entendí qué insinuaba pero, tras inyectarle naloxona por vía endovenosa, el intoxicado recuperó la conciencia. Como obliga la práctica lo tuvimos en observación con más naloxona cargada hasta que creímos que estaba fuera de peligro.
Comentario del remitente: Bendito residente. Una de las razones para jubilarse es que los tiempos cambian. He visto tétanos, escarlatina, tiñas, solitarias, carbunco... pero muy pocos comas por sobredosis de heroína. No sé qué hubiera pasado sin la ayuda de ese residente de medicina de familia. Para el tiempo que me quede de trabajo me repetiré que "todo paciente joven con insuficiencia respiratoria y pérdida de conciencia (aunque huela a alcohol) debe considerarse víctima de una intoxicación por drogas, a menos que exista clara evidencia en contra. Cuando se desconoce la sustancia culpable, se deberá inyectar un antagonista de la morfina (naloxona). Si tras dos dosis no mejora, puede que no se trate de intoxicación por narcóticos. Y muy importante, seguir observando al recuperado de forma continuada con más naloxona a mano hasta que haya pasado el peligro.
Extraído de: Algunos errores médicos propios y ajenos para aprender y meditar. Recopilador: M. Blasco Valle. Editado por GOPAr Grupo de Osteoporosis Aragón. Zaragoza