Los autores del artículo que se comenta parten del hecho que antes del proceso de las transferencias sanitarias, en la Comunidad Autónoma de Cantabria coexistían tres modelos asistenciales para cubrir la atención continuada: Punto de Atención Continuada (PAC), Servicio Normal de Urgencias (SNU) y un modelo mixto denominado PAC/SNU.
Los autores comentan que existía una disrupción entre los profesionales de urgencias extrahospitalarias, ya que antes de las transferencias los médicos del SNU no cobraban el complemento específico, que sí percibían sus compañeros médicos de las gerencias del 061. Este complemento específico forma parte de las retribuciones complementarias, y de forma literal se contempla que «el complemento específico está destinado a retribuir las condiciones particulares de algunos puestos en atención a su especial dificultad técnica, dedicación, responsabilidad, incompatibilidad, peligrosidad o penosidad». Además, existía la figura del médico de refuerzo que tenía su origen en los acuerdos suscritos en Madrid entre la Administración Sanitaria del Estado y las Organizaciones Sindicales de fecha 18 de enero de 1990 (BOE de 14 de marzo de 1990) y de 3 de julio de 1992 (BOE de 2 de febrero de 1993). Tanto los acuerdos de 1990 como los de 1992 fueron suscritos con las centrales sindicales CEMSATSE, CCOO, UGT y CSIF.
Así, los autores mencionan que los acuerdos de febrero de 1990 tenían como uno de sus objetivos principales la integración de los sanitarios locales, tanto médicos como personal de enfermería, en los nuevos equipos de atención primaria (AP) que estaban comenzando a formarse. Para favorecer esta integración, así como la libranza de las guardias en fines de semana y festivos de este personal, se facultaba a las respectivas gerencias de AP a contratar personal de manera discontinua (refuerzos) para cubrirlas.
Los acuerdos de julio de 1992 se refieren básicamente a diferentes aspectos retributivos para los equipos de AP; además, entre otros aspectos fija las horas de atención continuada de los equipos de AP urbanos en un máximo de 425 horas/año, y para los equipos de AP del medio rural en un máximo de 850 horas/año, con el objetivo final de lograr una progresiva minoración de las horas de atención continuada. Asimismo, en este acuerdo se insta a las gerencias a proveer los adecuados refuerzos para no superar las horas de atención continuada de los equipos de AP. Según estos acuerdos de 1992, la vinculación de estos refuerzos se formalizará mediante designaciones de carácter temporal mientras dure la causa del refuerzo, y también se incrementan sus retribuciones en un 35% sobre las cantidades que venían percibiendo hasta entonces.
Los autores del presente artículo comentan que los modelos asistenciales que coexistían en Cantabria para la cobertura de la atención urgente en el ámbito de la AP tenían en común la existencia de la figura del «refuerzo», tanto en el caso del personal médico como en el de personal de enfermería. En los PAC los refuerzos se encargaban de prestar la asistencia en fines de semana y festivos, mientras que en los PAC/SNU cubrían los huecos asistenciales principalmente en fin de semana.
A la vista de esta situación, que persistía desde 1994, el 29 de diciembre de 2003 se publicó en el Boletín Oficial de Cantabria un acuerdo para la integración del personal eventual de refuerzos en los servicios de urgencia de AP. Como consecuencia de esta integración de los refuerzos, la plantilla total de los servicios de urgencia de AP en Cantabria pasó a ser de 106 médicos y 103 enfermeros a 1 de enero de 2005.
Este proceso de integración supuso un merecido reconocimiento a un personal que, en muchos casos, venía ocupando los mismos puestos de trabajo con contratos eventuales mes a mes desde principios de los años noventa del siglo pasado.
Así, los autores sintetizan la idea de que las transferencias sanitarias constituyeron un punto de inflexión en el desarrollo de los servicios de urgencia de AP al unificarse los diferentes dispositivos de asistencia urgente (PAC, PAC/SNU y SNU) en uno solo, y también por consolidar la figura del refuerzo estable que trabajaba en estos dispositivos.