Los autores del artículo que se comenta parten de la realidad de que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de morbimortalidad en todo el mundo, y la enfermedad coronaria es la más prevalente y grave de ellas. Los autores constatan que la existencia de violencia, junto con la incapacidad de detectarla en ambientes médicos, podría ayudar a explicar los síntomas mal controlados, la mala adherencia al tratamiento o el resultado adverso en mujeres víctimas de violencia de pareja.
La relación entre violencia de pareja y enfermedad coronaria en las mujeres no se ha estudiado en profundidad. Los autores pretenden determinar la prevalencia de violencia de pareja en las pacientes que consultan en urgencias por un dolor torácico, y dilucidar si la existencia de una situación de violencia se asocia a ansiedad, a un peor control de los factores de riesgo vascular o a un distinto tratamiento y/o pronóstico en estas pacientes.
Los autores incluyeron a 125 mujeres en su estudio, y les realizaron una entrevista dirigida mediante el test del Partner Violence Screen (test de violencia de género en emergencias), haciendo un seguimiento telefónico a los 30 días, y revisando el historial clínico al cabo de 1 año.
Los autores obtuvieron como resultado que 27 de las pacientes (21,6%) tenían historia de violencia de pareja, vigente en 4 de ellas. Las más jóvenes de las mujeres entrevistadas (53,7 ± 15 frente a 64 ± 18,4 años; p= 0,020) presentaban más frecuentemente síndrome ansioso-depresivo (el 57,7 frente al 13,5%; p <0,001) y tardaron más en consultar (35 ± 65,2 frente a 7,9 ± 25 días; p= 0,047). Las mujeres mayores con historia de violencia de pareja (≥65 años) presentaban más dislipidemia (el 100 frente al 60,4%; p= 0,039) y peor control de la presión arterial (tenía un buen control el 20 frente al 78,4%; p= 0,007).
Este estudio demuestra, según los autores, que la prevalencia de violencia de pareja en las pacientes que consultan por un dolor torácico en urgencias es elevada, que las pacientes con historia de violencia de pareja consultan más tarde, y que tienden a presentar un peor control de los factores de riesgo vascular.
El dolor torácico no representa un diagnóstico de certeza, pero los autores lo escogieron por ser un síntoma guía que motiva la consulta a un servicio de urgencias. Cabe destacar, según los autores, el mayor tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas hasta la consulta en las mujeres que habían sufrido violencia de pareja. El motivo por el que estas mujeres demoran la consulta probablemente no sea único: dificultades de acceso, minimización de síntomas, asociación a otros problemas... Tanto en la enfermedad coronaria como en otras cuyo síntoma principal es el dolor torácico, la atención tardía va asociada a un peor pronóstico. Aunque los autores no llegaron a observar diferencias entre grupos respecto al pronóstico, este hecho podría contribuir a explicar el peor pronóstico de las mujeres con síndrome coronario agudo en urgencias.