Los autores del artículo hacen referencia a que la sepsis es una enfermedad tiempo-dependiente, que se beneficia de un diagnóstico temprano y del inicio precoz de un tratamiento adecuado; así, en pacientes con sepsis grave y shock séptico, se produce un aumento de la mortalidad en consonancia con la demora en el inicio de la antibioterapia. Ello, junto con el mayor coste que suponen los avances tecnológicos para el soporte de los órganos que fallan, justificaría, según los autores, una mayor investigación sobre la sepsis y una reactualización de las definiciones de esta afección y el shock séptico, con el fin de homogenizarlas y facilitar la comparación en estudios de investigación. El grupo de consenso de la Society of Critical Care Medicine y de la European Society of Intensive Care Medicine ha revisado la definición previa Sepsis-2, estableciendo nuevos criterios Sepsis-3 que dan prioridad a la puntuación de la escala SOFA (Sequential Organ Failure Assessment) para la definición de sepsis, y a los niveles de lactato en sangre, no sólo como valor pronóstico, sino también incluyéndolos en el diagnóstico de shock séptico.
Los autores plantean como objetivo analizar las diferencias epidemiológicas y pronósticas de la definición Sepsis-2 y los nuevos criterios Sepsis-3 cuando se aplican en una población de pacientes que ingresan en la unidad de cuidados intensivos (UCI) por una enfermedad infecciosa desde el servicio de urgencias hospitalario. Para ello, realizaron un subanálisis de un estudio observacional y prospectivo que incluyó a 98 pacientes ingresados en la UCI por una enfermedad infecciosa desde urgencias, en un periodo de 18 meses. Igualmente, estudiaron la evolución clínica en la UCI y la mortalidad hospitalaria.
Los resultados determinaron que el 78% de los pacientes tuvieron shock séptico con la definición Sepsis-2, y el 52% con los criterios Sepsis-3. La mortalidad hospitalaria fue del 29 y del 41%, respectivamente. El riesgo relativo de mortalidad hospitalaria de los pacientes con shock séptico fue 10,3 (intervalo de confianza del 95%: 2,8-37,5) respecto a los pacientes sin shock. La probabilidad de supervivencia a los 30 días de los pacientes con sepsis y shock séptico fue del 78 y el 68%, respectivamente (rango logarítmico <0,001).
Con el presente estudio, los autores demuestran que la nueva clasificación es capaz de definir 2 estados clínicos diferentes que asocian pronósticos muy distintos. De hecho, la probabilidad de supervivencia a los 30 días de los pacientes con shock séptico fue del 68%, frente al 78% de los pacientes menos graves, según la clasificación Sepsis-3. Esta diferencia significativa no se consiguió alcanzar cuando los pacientes se clasificaron por criterios Sepsis-2. Respecto a la evolución hospitalaria, cuando se utilizaron los criterios más actuales, los pacientes con shock séptico presentaron 10 veces más riesgo de fallecimiento durante el ingreso hospitalario que los pacientes sin shock.
Una de las novedades que introducen los autores es que con los nuevos criterios Sepsis-3, la utilización del lactato para definir el shock séptico va más allá de su utilidad como marcador pronóstico. Los resultados de los autores apoyan el uso de un umbral del lactato >2 mmol/L, junto con la necesidad de soporte vasoactivo, para definir un subgrupo de pacientes con un nivel de gravedad que, además de un peor pronóstico, también se asocia a un consumo de recursos más elevados, como la necesidad de usar ventilación mecánica invasiva o realizar técnicas de reemplazo renal.