El manejo de la artritis reumatoide ha cambiado drásticamente en los últimos años con la aparición de nuevos medicamentos, por lo que conseguir la remisión de la enfermedad es un objetivo posible, aunque no siempre alcanzable.
En estas circunstancias es posible discutir sobre el concepto de remisión, ya que la escasa inflamación, determinada por valores bajos en los índices DAS28 o SDAI, puede enmascarar una actividad residual, que al mantenerse podría provocar un daño articular permanente.
En estas condiciones, la European League Against Rheumatism recomienda el uso de la ultrasonografía para determinar si persiste la actividad inflamatoria, sobre todo considerando que es una técnica sensible, relativamente barata y que no suele producir radiaciones ionizantes, aunque los criterios de remisión se siguen manteniendo en función de los datos clínicos y pruebas analíticas en sangre.
Por tanto, es razonable la pregunta que se hacen los autores del presente estudio: ¿qué ocurre con los pacientes con criterios clínico-analíticos de remisión, pero en los que es posible determinar una sinovitis o una tenosinovitis mediante ultrasonografía?
Los autores reclutaron en su estudio, con un seguimiento de 1 año, a 361 pacientes que presentaban un índice de actividad DAS28 medio de 2,03 y un SDAI de 1,7.
El dato inicial que evaluaron fue la presencia de sinovitis o tenosinovitis en escala de grises. Los datos-resultados eran diversos, pero los de mayor interés eran la existencia de brotes clínicos o la progresión radiográfica.
La existencia de tenosinovitis y sinovitis en la ultrasonografía fue un buen predictor para la aparición de nuevos brotes clínicos (Odds ratio [OR]= 2,9; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,2-7,05), e igualmente la presencia concomitante de tenosinovitis y artritis fue un predictor del daño radiográfico articular (OR= 5,28; IC del 95%: 1,26-22,1).
La presencia de tenosinovitis o sinovitis de forma aislada, si bien presentaba una OR >1, no llegaba a alcanzar significación estadística para ningún evento de interés (aunque no es señalado por los autores, es posible que la muestra resultara pequeña o el periodo de seguimiento escaso).
Los resultados apuntan a que los pacientes con artritis reumatoide en remisión clínica deben seguir manteniendo revisiones frecuentes para valorar la aparición de nuevos brotes o la progresión del daño articular, para lo que los ultrasonidos en la exploración del paciente constituyen una buena herramienta por las ventajas señaladas anteriormente. El trabajo en sí no ofrece indicaciones o pautas sobre el tratamiento, ni conductas como bajar la dosis o espaciar los intervalos de administración de los fármacos utilizados en el control de la artritis reumatoide. En la mayoría de los pacientes en remisión pueden seguir siendo una buena alternativa, siempre y cuando tanto clínicos como pacientes comprendan el significado de «remisión» en una enfermedad, hoy por hoy, crónica e incurable.