La espondilitis anquilosante es una enfermedad reumática crónica de etiología desconocida, que afecta a las entesis, ligamentos, cápsulas articulares y hueso. La terapia física es considerada una herramienta fundamental en el tratamiento de la espondilitis anquilosante, que en combinación con la terapia farmacológica y/o biológica ha mejorado sustancialmente el control de los signos y síntomas de la enfermedad. A pesar del nivel de evidencia y del consenso internacional de que el ejercicio es beneficioso, existe escasa información detallada acerca del tipo de ejercicio y la cantidad más adecuada. Dado el éxito del método Pilates en el campo de la reeducación funcional en la última década, es oportuno evaluar la repercusión que podría tener en la función física de pacientes con espondilitis anquilosante. Por este motivo, los autores de este trabajo se propusieron evaluar el impacto de un programa de ejercicios de Pilates en la función física de las personas con espondilitis anquilosante.
Para ello, realizaron un ensayo clínico aleatorizado simple ciego en el que incluyeron a pacientes diagnosticados de espondilitis anquilosante según los criterios de New York modificados.
Se recogieron las siguientes variables: Bath Ankylosing Spondylitis Metrology Index (BASMI), Bath Ankylosing Spondylitis Functional Index (BASFI) e Bath Ankylosing Spondylitis Disease Activity Index (BASDAI). Los datos fueron recogidos antes de iniciar el estudio, después de las 5 semanas de tratamiento y pasadas 12 semanas una vez finalizada la cinesiterapia que los pacientes de ambos grupos realizaban en domicilio. Los pacientes fueron divididos en grupo control y en grupo de intervención. El grupo control realizó un protocolo de fisioterapia convencional durante las 17 semanas que duró el ensayo en el domicilio y consistía en cinesiterapia activa sin resistencia. Los pacientes realizaban una serie de 10 repeticiones para cada ejercicio con una duración de 1 hora y una frecuencia de 3 veces por semana. El grupo intervención realizó ejercicios de Pilates bajo supervisión de un fisioterapeuta durante 5 semanas.
Cada sesión tenía una duración de 90 minutos y una frecuencia de 3 veces por semana. Después los pacientes realizaban los mismos ejercicios en el domicilio, pero sin supervisión. Los ejercicios de Pilates consistían en ejercicios de calentamiento, estiramiento de la columna hacia delante, rotación de la columna con brazos en 90º de separación, flexión de una pierna en decúbito prono con apoyo antebraquial y el puente.
La muestra estuvo formada por 45 pacientes con una media de edad de 50 años. El 70% de los pacientes fueron hombres. La movilidad de los pacientes en el grupo control empeoró de forma significativa. Sin embargo, en el grupo intervención mejoró a corto y medio plazo. Existieron diferencias significativas en cuanto la función física entre ambos grupos al finalizar el estudio. La actividad de la enfermedad no presentó diferencias entre los dos grupos, pero en el grupo intervención existieron diferencias significativas intragrupo antes y después de la intervención con el método Pilates, mientras que el grupo control permaneció sin variaciones.
Ante estos resultados, los autores concluyen que los pacientes con espondilitis anquilosante, tras realizar un protocolo de fisioterapia basado en Pilates, presentan una mayor movilidad articular y perciben una mejoría de la discapacidad física, que se acompaña de una disminución de la actividad de la enfermedad. Por este motivo, la inclusión de este tipo de ejercicios pueden considerarse eficaz dentro de los programas de rehabilitación.