La rehabilitación respiratoria es una intervención integral destinada a mejorar la condición física y psicológica de los pacientes con enfermedad respiratoria crónica y promover la adopción de conductas que favorezcan la salud a largo plazo. El grado de adherencia a los programas de rehabilitación varía ampliamente según los estudios, pero en general existe una considerable tasa de abandono y baja asistencia, relacionándose esta circunstancia con unos peores resultados clínicos. Las variables que podrían predecir una mayor predisposición al incumplimiento de los programas aún no se han definido claramente. Por este motivo, los autores de este trabajo se propusieron identificar las principales causas de abandono de un programa de rehabilitación respiratoria.
Para ello llevaron a cabo un estudio prospectivo en el que incluyeron a 83 pacientes diagnosticados de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en cualquiera de sus estadios de gravedad, incluidos en un programa de rehabilitación. Se consideraron adherentes los pacientes que acudieron al menos al 70% de las sesiones programadas, y abandono (falta de adherencia) cuando el paciente había acudido al menos a una de las sesiones del programa y a menos del 70% de ellas. Se recogieron las siguientes variables: edad, sexo, disnea según la escala modificada del Medical Research Council, grado de gravedad de la EPOC según la GOLD, comorbilidades, visitas a urgencias en el año previo, función pulmonar (capacidad vital forzada y volumen espiratorio forzado en el primer segundo), test de la marcha de los 6 minutos, prueba de esfuerzo máximo (realizada con un protocolo de esfuerzo incremental mediante cicloergometría), prueba de esfuerzo submáximo (realizada en bicicleta al 80% de la carga máxima obtenida en la prueba máxima), cuestionarios de calidad de vida y causas que llevaron a los pacientes a abandonar el programa. Los pacientes fueron incluidos en un programa de rehabilitación respiratoria de 36 sesiones que incluía ejercicios de fisioterapia respiratoria, ejercicios de resistencia de las extremidades inferiores, entrenamiento de la fuerza y charlas educacionales.
La muestra inicial estuvo formada por 83 pacientes, de los que fueron excluidos 26 (13 porque se negaron a acudir al programa y 13 porque no cumplían los criterios de inclusión). De los 57 pacientes restantes, 35 completaron el programa y 22 lo abandonaron. En ambos grupos, la mayoría de los pacientes fueron hombres que se hallaban en la sexta década de la vida. No hubo diferencias en las comorbilidades y ambos grupos presentaban una media de más de 2 exacerbaciones al año. Los pacientes que abandonaron el programa presentaron peores resultados en el test de esfuerzo submáximo, en W totales alcanzados y en el consumo de oxígeno. No se encontraron diferencias entre ambos grupos en ninguno de los cuestionarios de calidad de vida ni tampoco para la ansiedad y la depresión. La tasa de abandono del programa fue del 38,5%. Las principales causas de abandono fueron: baja motivación, problemas de transporte, enfermedad grave concomitante, fallecimiento, patología traumatológica grave que impidió continuar y exacerbaciones frecuentes.
Ante estos resultados, los autores concluyen que la baja adherencia a los programas de rehabilitación parece estar relacionada no sólo con factores motivacionales o de distancia al centro, sino también con un perfil de pacientes concreto. Así pues, habría que prestar especial atención a este grupo de pacientes que parecen ser los más deteriorados y en los que debería realizarse un abordaje más individualizado.