Alrededor del 25% de los niños con desarrollo neurotípico presenta algún problema de sueño. Esta cifra, sin embargo, se dispara hasta el 63% en el caso de los menores diagnosticados con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y un punto más, hasta el 64%, en el caso de los niños y niñas que presentan un trastorno del espectro autista. Esta diferencia se mantiene incluso en el caso de gemelos: si uno de los gemelos es diagnosticado de autismo tiene hasta un 47% de probabilidades de tener trastornos del sueño, frente al 16% de posibilidades de su gemelo con desarrollo neurotípico.
El trastorno del espectro autista (TEA) es una afección crónica del desarrollo neurológico que aparece en la infancia y que se caracteriza por problemas en la comunicación e interacción social y por patrones de comportamiento, intereses o actividades restringidos y repetitivos. Sin embargo, son menos conocidos otros importantes aspectos clínicos como el incremento en la mortalidad prematura de estas personas, que puede explicarse en parte por la asociación entre el autismo y otros problemas de salud crónicos, como la epilepsia, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y gastrointestinales, la depresión, el suicidio y el cáncer.
El Consejo de Colegios de Médicos de Catalunya ha hecho público su Documento de Posicionamiento «Los trastornos del espectro autista y su tratamiento», que surge de la preocupación existente en ámbitos profesionales, académicos y científicos en relación con el aumento de la oferta de terapias alternativas y pseudociencias, sin ninguna evidencia de eficacia, alrededor de los Trastornos del Espectro Autista ( TEA), por las consecuencias que esto puede tener para la salud de los pacientes y por las falsas expectativas que genera en las familias.