La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune, desmielinizante y degenerativa del sistema nervioso central con manifestaciones clínicas muy heterogéneas. Entre ellas destacan los problemas sensitivos y motores (como por ejemplo las alteraciones visuales, del equilibrio y del control de los esfínteres) y los trastornos cognitivos y psiquiátricos. Diversos trabajos han mostrado que los déficits cognitivos en la esclerosis múltiple tienen una prevalencia elevada, se manifiestan en cualquier fase de la enfermedad y afectan a la calidad de vida. De forma más específica, algunos trabajos han sugerido que las alteraciones cognitivas son más frecuentes y graves en pacientes con el subtipo de enfermedad secundario progresivo que en aquellos con subtipo remitente-recurrente. El patrón de alteración cognitiva incluye déficits en la velocidad del procesamiento de la información, alteraciones en las funciones atencionales y ejecutivas, y por último, alteraciones en los procesos de memoria. En cuanto a estos últimos, los principales problemas son los de aprendizaje y memoria a largo plazo. En la esclerosis múltiple se produce una afectación tanto de la sustancia blanca como de la sustancia gris, pero es la atrofia en la sustancia gris la que mayor relación ha mostrado con el bajo rendimiento cognitivo en los pacientes con esta enfermedad. Diversos trabajos han estudiado la reducción del volumen de la sustancia gris en el hipocampo en la esclerosis múltiple y su relación con los procesos de aprendizaje, con resultados poco concluyentes. Ante la escasez de estudios y la dificultad para interpretar los resultados obtenidos, los autores señalan la necesidad de realizar nuevas investigaciones para establecer de forma más consistente cómo se relacionan los cambios estructurales y de conectividad funcional del hipocampo con el deterioro cognitivo en la esclerosis múltiple.
En este trabajo Cruz et al. se propusieron estudiar, por un lado, la posible reducción del volumen de la sustancia gris del hipocampo en un grupo de pacientes con esclerosis múltiple en comparación con el grupo control, y su relación con el rendimiento en pruebas de aprendizaje y retención de la información, y por otro lado, la posible alteración de la conectividad funcional entre el hipocampo y otras estructuras corticales observada en pacientes con esclerosis múltiple en comparación con el grupo control, y su relación con el rendimiento en tareas de aprendizaje y retención de la información. Para ello seleccionaron a 78 pacientes diagnosticados de esclerosis múltiple (54 mujeres), de los que 59 tenían esclerosis múltiple remitente o recurrente y 19 esclerosis progresiva. Fueron excluidos del estudio los pacientes que presentaban un brote o recaída en el momento de la exploración (o que lo habían sufrido durante los 2 meses anteriores) y que estuvieran en tratamiento con esteroides, así como los que padecían otra enfermedad neurológica además de la esclerosis múltiple.
Los resultados de las diferentes pruebas practicadas en el estudio demostraron que en los pacientes con esclerosis múltiple existe una atrofia de la sustancia gris en el hipocampo, que a su vez afecta a la conectividad funcional de esta zona con otras regiones corticales. Además, se constató que estas dos variables (atrofia en la sustancia gris y conectividad funcional) influyen en el rendimiento de las pruebas que miden el aprendizaje y la retención a largo plazo. Los autores observaron que los pacientes con esclerosis múltiple presentaban atrofia en el hipocampo izquierdo respecto al grupo control. En cuanto a la relación entre esta pérdida de volumen y la ejecución en las pruebas de aprendizaje y retención a largo plazo, encontraron una correlación entre el volumen de ambos hipocampos y el rendimiento en las pruebas de memoria verbal. Asimismo, observaron que los pacientes con esclerosis múltiple obtenían peores puntuaciones en la memoria verbal, relacionadas con el daño estructural en el hipocampo, y que la atrofia del hipocampo implica una disminución de la conectividad funcional entre esta estructura y otras áreas cerebrales. Por este motivo, Cruz et al. sugieren que el aumento de la conectividad funcional podría resultar beneficioso y constituir un mecanismo de compensación del déficit cognitivo en la esclerosis múltiple, dado que existe una correlación positiva que confirma que, a medida que los pacientes muestran una mayor conectividad funcional entre el hipocampo izquierdo y zonas temporales derechas, rinden mejor en tareas de aprendizaje y memoria de información visuoespacial.
El estudio concluye que en los pacientes con esclerosis múltiple existe una clara relación entre el bajo rendimiento en las tareas de memoria episódica/declarativa y las alteraciones estructurales y funcionales observadas en el hipocampo, estructura anatómica relacionada con este tipo de memoria, y que al ser la esclerosis múltiple una enfermedad con un amplio sustrato neuropatológico, además de producirse atrofia y cambios funcionales, también son habituales las lesiones en la sustancia blanca y la sustancia gris (tanto corticales como subcorticales), que se han relacionado con alteraciones de la conectividad funcional entre regiones cerebrales y con el estado cognitivo. Una completa explicación del deterioro cognitivo en la esclerosis múltiple debe contemplar todas estas medidas.
Cruz A, Belenguer A, Martínez B, Fittipaldi M, From C. Cambios estructurales y funcionales del hipocampo en pacientes con esclerosis múltiple y su relación con procesos de memoria. Rev Neurol. 2016, 62(1): 6-12.