Mónica Lalanda
- ¿Cree que haber realizado diferentes estudios antes de empezar Medicina le ha hecho un médico más reflexivo?
- Sin duda. Creo que el sistema americano, con estudiantes de medicina que son postgraduados en otras materias, es muy bueno.
- ¿Qué le parece incluir aspectos no médicos en la formación de un médico?
-Creo que es más útil adquirir experiencias ajenas a la medicina, por ejemplo trabajar en algo no médico, mejor que simplemente aprenderlas. Tengo mis dudas sobre el sistema americano de enseñar humanidades médicas en las facultades de medicina.
- En su libro trata mucho el tema del final de la vida. Con toda su experiencia acumulada, ¿se atrevería a definir lo que sería a día de hoy "una buena muerte"?
- Nunca es buen momento para morir, siempre parece demasiado pronto o demasiado tarde...
Una buena muerte es morirse sin tener que arrepentirse de demasiadas cosas o, en otras palabras, una buena muerte tiene que ver más con cómo hemos vivido y si estamos satisfechos con lo que dejamos atrás.
Si bien es cierto que deberíamos evitar el ensañamiento terapéutico en los ancianos, el cálculo de probabilidades entre riesgo y beneficio de seguir tratando y entre riesgo y beneficio de permitir que la naturaleza siga su curso, es muy difícil.
Creo que la eutanasia debería ser una parte importante de la práctica médica, pero atención, que me refiero al derecho de los pacientes a decidir cuándo acabar con nuestras vidas, no al derecho de los médicos a matarnos. Aunque creo que la mayoría nos echaríamos atrás a la hora de hacerlo.
- Si pudiera retroceder con una máquina del tiempo y rencontrarse con el joven Henry Marsh al principio de su carrera como médico, ¿qué consejo le daría?
- Le diría que no se precipite a la hora de tomar decisiones difíciles, que se tome su tiempo, que reflexione con calma.
- En su libro habla mucho sobre la toma de decisiones compartidas con los pacientes y sobre el consentimiento informado. ¿Cree que era más fácil para los pacientes cuando practicábamos una medicina más paternalista?
-Personalmente estoy totalmente en contra del paternalismo, pero acepto que algunos pacientes lo prefieran, aunque en los países más ricos probablemente cada vez son menos. También sé que como pacientes queremos que se nos guíe, apoye y aconseje y que no se nos dé solo una descripción abstracta o neutra de las opciones que tenemos.
- Es usted increíblemente abierto respecto a los errores médicos que ha cometido, algo que no es frecuente. En España vivimos aún inmersos en la cultura de tapar el error médico. ¿Existe una manera de cambiar esto?
- Solamente a través del ejemplo de los médicos más mayores.
- ¿Cree que en las últimas décadas han cambiado las expectativas que tiene la sociedad de la medicina y los médicos?
-Sí, al menos en Reino Unido los medios de comunicación son cada vez más críticos con los médicos y han dejado de mostrar una deferencia automática hacia nosotros.
- Si tuviera que volver a empezar, ¿volvería a ser neurocirujano?
- Esta pregunta es siempre de difícil respuesta. La neurocirugía ha cambiado mucho en las últimas cuatro décadas y yo he cambiado mucho también. Teniendo en cuenta todo eso, diría que sí.
Sin embargo dudo que volviera a estudiar medicina teniendo en cuenta los problemas actuales del mundo. Deberíamos gastar mucho menos dinero en mantener vivas cada vez más y más tiempo a las personas mayores (¡como yo!) y ese dinero se debería invertir en mayor educación y mejor crianza para los niños, que son nuestro futuro. Creo que ahora los niños están tremendamente descuidados.
- En el libro menciona sus trucos para “separar” el procedimiento y el paciente antes de operarle. ¿Realmente funciona?
-En parte sí. Uno no podría, y tampoco debería, deshacerse del todo de la ansiedad que se siente, pero sí es importante poder controlarla.
- No parece muy aficionado a tener médicos en formación en quirófano. A pesar de esto, ¿es usted popular entre ellos?
No, espero que se equivoque. Valoro muchísimo la relación con los médicos residentes y me siento muy orgulloso de ser, según dicen, un buen profesor. Me mantengo en contacto con muchos de ellos aquí y en Estados Unidos. Y mi trabajo en Nepal, Ucrania, Albania, etc. es sobre formación.
- ¿Tiene algún hobby especial que le haga abstraerse del trabajo?
-Sí, fabrico muebles y soy un manitas en casa con los arreglos y el mantenimiento, además me dedico a la apicultura. Procuro salir a correr todos los días, unos 40 Km a la semana, también hago pesas, etc. Claro que cada vez es más difícil según uno se hace mayor.
- ¿Cómo cree que será la medicina en 50 años?
- No sé cómo será la medicina, pero los pacientes serán iguales.