La pandemia de la COVID-19 ha planteado la necesidad de mantener a los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) fuera del entorno hospitalario. La terapia de alto flujo ha mostrado resultados prometedores y es una opción a tener en cuenta para el tratamiento domiciliario de pacientes con EPOC hipoxémica. Existen evidencias de que puede mejorar la calidad de vida y reducir las visitas al hospital de uno de los grupos de pacientes más vulnerables frente a la actual pandemia de la COVID-19.
Debido a que los pacientes con patologías respiratorias crónicas, especialmente asma y EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), son más susceptibles a las infecciones víricas que, a su vez, son causa frecuente de descompensación, se consideraba un grupo potencialmente más vulnerable para la infección por SARS-CoV-2. Sin embargo, como aseguran Marina Blanco, responsable de la consulta de asma grave del Hospital Universitario A Coruña, y José Tomás Gómez Sáenz, coordinador del Grupo de Trabajo de SEMERGEN, “a día de hoy, no hay ningún dato que haya confirmado esta sospecha”.