Puntos clave
- Dominar los aspectos de la entrevista clínica necesarios para construir una relación de confianza y continuidad con el adolescente en la consulta.
- Aprovechar la primera consulta para realizar una atención integral del adolescente, basada en las necesidades de salud que engloban los aspectos biológicos y psicológicos de su persona, determinados por el entorno familiar y social.
La adolescencia ha sido definida por la Organización Mundial de la Salud como «el periodo de la vida en el cual el individuo transita desde los patrones psicológicos de la niñez a los del adulto, adquiere la capacidad reproductiva y la independencia de los adultos», fijando los límites entre los 10 y los 19 años de edad.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, entre enero de 2018 y enero de 2019, la población adolescente de 10-19 años representa alrededor de un 10% de la población total española. Desde 1980 a 2017 se han recogido resultados de las defunciones según la causa de muerte por grupos de edad y sexo, y se observa que ha disminuido la mortalidad por todas las causas entre los 10 y los 19 años. Las causas externas, en las que se incluyen los accidentes de tráfico, ahogamientos, envenenamientos, suicidios y todo tipo de accidentes, son las principales causas de muerte en este grupo de edad, muchas de ellas prevenibles.
Esta etapa es crítica para la adopción de hábitos de relación y el proceso de socialización. Las actitudes y experiencias infantiles y adolescentes en relación con los hábitos de vida saludables suponen un punto de partida que va a condicionar, a veces decisivamente, el futuro de estas personas.
La mayoría de los adolescentes perciben su salud como buena o muy buena, relacionándola directamente con un adecuado autoconcepto físico y con la propia satisfacción vital. Entre los profesionales sanitarios también parece existir una percepción generalizada sobre el excelente estado de salud del que gozan la mayoría de los adolescentes. Sin embargo, los adolescentes realizan cada vez con mayor frecuencia actividades de riesgo, que no perciben como un peligro para su salud, por lo que no consultan por ellas al personal sanitario. Todo lo anterior puede incidir en las características de los contactos que los adolescentes establecen con el sistema sanitario, habitualmente motivados por problemas de salud puntuales; entre los más frecuentes, podemos mencionar los procesos agudos de tipo infeccioso, las enfermedades osteoarticulares y los procesos dermatológicos.
La frecuentación sanitaria es inferior a la de las personas de mayor edad, y la utilización de los servicios tiene un carácter más bien curativo que preventivo. Además, aunque en la mayoría de los casos son los adolescentes los que deciden acudir al médico, parece que los motivos de consulta no están relacionados con los que más seriamente les preocupan o los que les colocan en riesgo de enfermar.
Este periodo del desarrollo es fundamental, debido a que es el momento de la vida en que se adquieren hábitos que pueden dar lugar a problemas de salud en la edad adulta, como los trastornos adictivos, relacionados o no con el consumo de sustancias (DSM V). Además, hay que estar atentos a los adolescentes de alto riesgo, a los trastornos más prevalentes durante la adolescencia, como los nutricionales, las alteraciones en la salud mental, las dificultades escolares, el inicio precoz de las relaciones sexuales o las enfermedades de transmisión sexual.
Entrevista clínica con el adolescente
En los primeros contactos con el adolescente en la consulta es importante tener una serie de conocimientos sobre entrevista clínica que facilitan la comunicación y la recopilación de información útil.
Entrevista inicial
La recepción en la consulta requiere un recibimiento cálido y cercano, creando un clima relajado y de confianza, manteniendo el contacto visual y mostrando interés por lo que dice el adolescente y por cómo lo dice. Es conveniente comenzar con una pregunta abierta, dirigiéndose al adolescente como a un adulto.
Hay que dejar que explique su problema, permitiendo hablar sin interrumpir ni emitir juicios de valor. La confidencialidad de la entrevista debe asegurarse de forma explícita.
Se debe hacer una escucha activa, para lo que es útil utilizar técnicas de apoyo narrativo en:
- Comunicación no verbal (postura, tono de voz, microexpresiones faciales...).
- Comunicación verbal con preguntas facilitadoras y abiertas, frases por repetición, señalamientos, clarificaciones, empatía, sumario o resumen.
- Se debe situar la demanda en el contexto biográfico del adolescente, valorando su desarrollo personal, las experiencias y creencias familiares que le han sido transmitidas y el componente emocional añadido.
Exploración física
Es importante comentar al adolescente qué maniobras se van a realizar en la exploración física y pedir su consentimiento, para que no sienta invadida su intimidad. Durante el examen, tanto el contacto físico como la cercanía ofrecen una oportunidad para realizar preguntas sobre aspectos más íntimos, especialmente en relación con su imagen corporal, ayudando a conocer las auténticas preocupaciones del adolescente (la demanda oculta).
Parte resolutiva
En esta parte de la entrevista hay que transmitir la información completa con un lenguaje comprensible derivada de la anamnesis y/o exploración realizadas, e intentar que la información sea recibida con el impacto emocional idóneo.
Se debe compartir con el adolescente el plan de actuación (decisiones compartidas), tanto en el diagnóstico como en el tratamiento.
Hay que lograr acuerdos, negociar, teniendo en cuenta las ideas y expectativas del adolescente, de forma que se implique en su proceso.
También hay que verificar la comprensión de las instrucciones proporcionadas, dejando una puerta abierta a la incertidumbre, y «abrir el paraguas» a una nueva consulta.
Atención integral del adolescente
La atención integral del adolescente está basada en las necesidades de salud que engloban los aspectos biológicos y psicológicos de su persona. Dichos aspectos se encuentran determinados por el entorno social en el que vive y se relaciona el adolescente. Es importante que la atención se centre en su contexto familiar y en su ambiente socioeconómico y cultural.
En los primeros contactos con el adolescente en la consulta puede ser útil tener un guion, como el acrónimo que propone García-Tornel (FACTORES) o como el que utiliza L. Neinstein (HEADSS), que facilitan la recopilación de información útil para la salud del adolescente:
Se evaluarán la estructura familiar, la etapa del ciclo vital familiar, los eventos estresantes, la red y el apoyo social, las interacciones y conflictos entre los miembros de la familia y el entorno social, con herramientas validadas: construir el genograma para el estudio de la familia y el entorno social, Escala de Reajuste Social, Apgar familiar, Cuestionario de MOS/Duke-UNC, elaborar un mapa del hogar...
Hay que delimitar el motivo o motivos de consulta, elaborar una primera lista de problemas consensuada tanto con el adolescente como con la familia, e incluso es aconsejable que el adolescente se lleve una copia para que pueda leerla y realizar modificaciones para las siguientes visitas.
Se deben seleccionar los problemas sobre los que se va a intervenir. Es muy útil que el adolescente puntúe los problemas, clasificándolos de mayor a menor relevancia en orden a priorizar actuaciones. El adolescente expondrá la forma más adecuada para él de generar soluciones: tareas para resolver los problemas identificados.
Es muy importante realizar una evaluación periódica de la ejecución de las tareas y la resolución de los problemas, modificando tantas veces como sea necesario la lista de problemas y la lista de tareas (tabla 1).
LECTURAS RECOMENDADAS
Guía de atención al adolescente. Grupo de Estudio del Adolescente. Sociedad Andaluza de Medicina de Familia y Comunitaria
Esta guía alienta a los profesionales que trabajan con adolescentes a seguir apostando por la promoción de la salud de la gente joven y de sus familias. Contribuye a fomentar estilos de vida saludables que sean, a su vez, compatibles con sus necesidades e intereses, dotándolos de recursos para que puedan afrontar con éxito los riesgos para su salud.
La entrevista con el adolescente: los elementos clave
Rodríguez Sanz J, Gutiérrez Bejarano DZ, Álvarez-Ude Cotera F. FMC. 2015; 22(7): 360-368.
La entrevista clínica es la primera y más importante parte de todo acto médico que tenga como objetivo aproximarse a la salud integral del adolescente. Debido a las características evolutivas de este grupo de edad, muy a menudo representa la única oportunidad que tiene el médico para orientar, corregir, diagnosticar, asesorar o ayudar a la persona en este momento de crecimiento y desarrollo, antes de que se estructure como ser adulto.
¿Es la atención centrada en el paciente lo mismo que la atención centrada en la persona?
Starfield B. Perm J. 2011; 15(2): 63-69.
Tanto la atención centrada en el paciente como la atención centrada en la persona requieren un reconocimiento adecuado de los problemas de salud experimentados por las personas.
La atención es mejor cuando reconoce cuáles son los problemas de los pacientes en lugar de cuál es el diagnóstico. El desafío es mejorar en reconocer y documentar sus problemas.
BIBLIOGRAFÍA
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