El ejercicio físico durante el envejecimiento incrementa la densidad sináptica, protegiendo de este modo la salud cerebral y las habilidades cognitivas. Esta es la principal conclusión de un estudio internacional en el que participan investigadores del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM) y la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) que ha publicado la revista Alzheimer’s & Dementia. El trabajo también advierte de que la constancia en el mantenimiento de la actividad física a lo largo del tiempo es indispensable para conservar estos efectos beneficiosos.