Investigadores del CIBEREHD en el Hospital de Mataró (Barcelona) confirman la utilidad de esta terapia en la rehabilitación de la función deglutoria tras el ictus, sin alternativas para su tratamiento en la actualidad.
Las intubaciones prolongadas, el déficit neurológico, la pérdida de masa muscular o el déficit de función pulmonar residual producen problemas de disfagia tras sufrir COVID-19.
En los pacientes que sobreviven al ictus, la disfagia orofaríngea (DO) es un síntoma común que está presente en alrededor de un 20 a un 64% de los casos. Las recientes Guías de la ESPEN sobre la Nutrición Clínica en el paciente neurológico confirman que estos pacientes tienen un riesgo tres veces mayor de desarrollar neumonía por aspiración y la estancia hospitalaria y mortalidad son significativamente mayores que en pacientes con accidente cerebrovascular sin disfagia.