En ese tiempo, la OMS ha recibido la notificación de casi 7 millones de muertes, pero se sabe que el número de víctimas es varias veces superior: al menos 20 millones, según los datos que maneja.
Además de los fallecimientos, el doctor Tedros recordó que los sistemas de salud se han visto gravemente perturbados y millones de personas no han podido acceder a servicios sanitarios esenciales, como las vacunas infantiles, vitales para salvar vidas.
El dirigente de la OMS comentó a continuación que, no obstante, durante más de un año, la pandemia ha seguido una tendencia descendente, con un aumento de la inmunidad de la población gracias a la vacunación y la infección, una disminución de la mortalidad y una reducción de la presión sobre los sistemas sanitarios.
“Esta tendencia ha permitido a la mayoría de los países volver a la vida que conocían antes de COVID-19”, observó, para comentar después que, durante el último año, el Comité de Emergencias y la Organización Mundial de la Salud han estado analizando detenidamente los datos y considerando cuándo sería el momento adecuado para rebajar el nivel de alarma.
“Ayer, el Comité de Emergencias se reunió por decimoquinta vez y me recomendó que declarara el fin de la emergencia de salud pública de importancia internacional. He aceptado ese consejo. Por lo tanto, declaro con gran esperanza el fin de COVID-19 como emergencia sanitaria internacional”, anunció.
No bajar la guardia
“Este virus está aquí para quedarse. Sigue matando y sigue cambiando. Sigue existiendo el riesgo de que aparezcan nuevas variantes que provoquen nuevos repuntes de casos y muertes. Lo peor que podría hacer ahora cualquier país es utilizar estas noticias como motivo para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que ha construido o enviar el mensaje a su población de que el COVID-19 no es nada de lo que preocuparse”, alertó Tedros. El director de la OMS explicó que lo que la noticia significa es que ha llegado el momento de que los países pasen del modo de emergencia a la gestión del COVID-19 junto con otras enfermedades infecciosas.
En España la última medida que queda vigente desde que comenzó la pandemia es la obligatoriedad del uso de las mascarillas en farmacias y centros sanitarios. Dos medidas cada vez más cuestionadas y especialmente en las farmacias, donde el cumplimiento de la norma es muy relajado.