Se trata de un programa en el que el paciente recibe en préstamo del hospital un espirómetro profesional portátil, recibe instrucción sobre cómo utilizarlo, se hace la prueba en casa, y lo devuelve en la siguiente visita. De este modo, se ahorra la PCR previa y las esperas del proceso de hacerse la prueba en el hospital, gana en comodidad y en seguridad, y, sobre todo, se implica de una manera activa en la valoración y el seguimiento de la propia enfermedad.
Este proyecto se presentó en la 1ª Reunión Virtual de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), celebrada los pasados días 7 y 8 de mayo, donde obtuvo el primer premio a la innovación en proyectos implementados para la mejora asistencial y de la calidad de vida del paciente con asma grave.
Hasta ahora han participado en la iniciativa una veintena de pacientes, con muy buenos resultados de funcionamiento y de satisfacción por parte de los participantes.
Mariana Muñoz, coordinadora de la Unidad Funcional de Asma, destaca que, inicialmente, la idea nació “como un recurso ante la dificultad de programar estas pruebas cuando todos los esfuerzos se focalizaban en la COVID-19”, pero que, a la vista de los buenos resultados, la iniciativa “tendrá continuidad más allá de la pandemia y se irá ampliando con la adquisición de más espirómetros”.