El documento, que recoge el trabajo de 46 residentes y adjuntos de distintas instituciones médicas españolas, busca dar a conocer esta disciplina -la oncogeriatría- al existir una nueva realidad donde el envejecimiento de la población ha traído un nuevo escenario: el paciente mayor con cáncer. Este proyecto, a través de diez situaciones reales de la consulta, con las fortalezas o limitaciones de cada lugar, “es una gran oportunidad para compartir conocimiento y estrategias para el manejo del cáncer en el paciente anciano”, ha afirmado Regina Gironés, coordinadora de la Sección SEOM de oncogeriatría y jefa de sección de Servicio de Oncología médica del Hospital Universitari i Politècnic La Fe, de Valencia, ya que el 69% de los nuevos diagnósticos de cáncer en España en el año 2020 se presentaron en mayores de 65 años, según datos extraídos del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).
El Manual SEOM de casos clínicos en Oncogeriatría presenta, a través de diez situaciones reales de consulta, los aspectos más relevantes de la Oncogeriatría. Estos radican en el uso de la valoración geriátrica integral, el manejo de la toxicidad del tratamiento, la polifarmacia o los síndromes geriátricos, entre otros temas. A continuación, se detallan las conclusiones principales del Manual:
1. Se debe realizar una adecuada evaluación oncogeriátrica a todos los pacientes mayores de 70 años. La escala G8 puede ser una herramienta adecuada para el cribado inicial.
2. Antes de cada estrategia terapéutica se debe realizar una nueva VGI, valorar la expectativa de vida del paciente, riesgo de toxicidad, beneficios de los diferentes tratamientos, sin olvidar nunca las preferencias del paciente.
3. Para aplicar la VGI es preciso utilizar métodos clásicos, como la historia clínica y la exploración física, pero además se deben asociar instrumentos más específicos denominados escalas de valoración que facilitan no pasar de alto problemas o debilidades del mayor además de su evolución clínica durante el proceso de la enfermedad.
4. A la hora de seleccionar a aquellos pacientes candidatos a recibir un tratamiento oncológico específico y definir cuál es la mejor opción terapéutica por cada caso, es de vital importancia revisar la medicación, intentando retirar tratamientos no necesarios (de prescripción).
5. Es necesario realizar un seguimiento estrecho de las toxicidades que pueden producirse en el curso del tratamiento con el fin de prevenirlas y tratarlas de forma precoz evitando las posibles complicaciones.
6. La presencia de síndromes geriátricos da información de la reserva funcional del individuo y ayuda a planificar los tratamientos oncológicos, así como implementar medidas de soporte que mejoren su calidad de vida.
7. La depresión es el trastorno psicológico más común en los pacientes adultos mayores con cáncer. Su tratamiento es fundamental para mejorar la calidad de vida, así como la satisfacción subjetiva y la adherencia al tratamiento.
8. La malnutrición es frecuente en los pacientes adultos mayores con cáncer; en los que su etiología es multifactorial e influye en su evolución clínica y calidad de vida.
9. La mayoría de los adultos mayores con cáncer se encuentran en riesgo sociofamiliar, por lo que es necesario establecer estrategias de intervención como programas de seguridad social que mejoren la atención integral de estos pacientes.
10. Un programa de ejercicio multicomponente puede mejorar la función física/cognitiva y la calidad de vida en los pacientes mayores con cáncer.