El trabajo, en el que también ha participado el CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), ha estudiado la actividad fagocítica de estos macrófagos. Esta actividad se ha medido en pacientes que padecían diabetes tipo II y tenían un mal control metabólico, concretamente aquellos pacientes que tenían una hemoglobina glicosilada (HBA1) mayor del 8%, significativa de un mal control de los niveles de azúcar en sangre de manera sostenida durante los últimos 3 meses. A estos pacientes se les ha ingresado durante 5 días para optimizar el control de la glucemia y se les ha medido la actividad fagocitaria de los macrófragos mediante una técnica desarrollada por el VHIR específicamente para este estudio. Los resultados fueron claros: «ante un mal control de la glucemia, la actividad de los macrófagos es escasa y cuando los pacientes tienen unos niveles de glucemia que se acercan a los correctos, después del ingreso y del tratamiento, la actividad de los macrófagos se normaliza recuperando su papel fundamental en la inmunidad y por tanto en el control de las infecciones», explica Simó.
Aunque el estudio se centra en determinar los niveles de la actividad de los macrófagos antes y después del control metabólico de los diabéticos, el papel que podría tener el descenso de la actividad fagocítica de estos macrófagos podría estar relacionado con el mayor riesgo de infección que padecen los diabéticos en general.
Los diabéticos también son más propensos a sufrir neumonías, úlceras infectadas y, frecuentemente sufren complicaciones ante algunos procesos. Por ejemplo, durante la epidemia de gripe A (H1N1) los pacientes con diabetes tenían 3 veces más riesgo de ingreso por esta causa. Otro claro ejemplo de estas complicaciones es el hecho que un diabético multiplica por 4 el riesgo de ingreso en la UCI por complicaciones durante una estancia hospitalaria. «Cuando esta inmunidad se ve comprometida, por ejemplo por un descenso de la actividad de los macrófagos debido a un mal control de los niveles de azúcar», concreta Simó, «la aparición de este tipo de infecciones es frecuente y puede poner en riesgo la vida del paciente. A veces, durante los ingresos de diabéticos, y ante patología grave, normalizar los niveles de azúcar se considera una prioridad. Este estudio aporta un dato que podría contribuir a un cambio en este sentido: el control metabólico sí podría repercutir de manera directa y a corto plazo en la mejora de los diabéticos frente a una infección».