Según el comunicado, las aplicaciones informáticas son inestables o trabajan a una velocidad extremadamente lenta. Esto afecta a la citación, a la emisión de recetas, la generación e impresión de los partes de baja, solicitud de análisis y otras pruebas complementarias... En definitiva, a todo el normal funcionamiento del centro.
«Las consultas, habitualmente saturadas, se vuelven imposibles de manejar por parte de los profesionales por la pérdida de tiempo que suponen los constantes errores informáticos. La situación de los profesionales en las consultas se ha vuelto estresante y muy frustrante y, lo que es aún peor, deteriora la calidad del servicio y pone en riesgo la seguridad de los pacientes.», se señala.