Este tipo de cáncer se diagnostica generalmente en estadios avanzados, ya que los síntomas que provoca a menudo se confunden con otras patologías benignas del abdomen. Esto, junto con el hecho de que todavía no hay un Programa de Cribado avanzado, provoca que el 75% de estos cánceres se detecten en fases avanzadas de la enfermedad. Sin embargo, la supervivencia a cinco años del cáncer de ovario ha aumentado un 11% en los últimos 15 años.
El aumento de la supervivencia de las pacientes afectadas de cáncer de ovario se puede atribuir a varios factores. La mejora en el tratamiento ha contribuido de forma importante pero también, y en gran medida, el inicio de la centralización de la manera de tratar y valorar la paciente en equipos multidisciplinares especializados en las que los diferentes especialistas implicados valoran la mejor estrategia terapéutica para cada caso valorando, conjuntamente, con la paciente.
Un buen ejemplo de este modo de valorar la paciente de forma global la encontramos en la Unidad Funcional de Tumores Ginecológicos. Se trata de una estructura organizativa fundamentada en la valoración inicial del enfermo por parte de equipos interdisciplinarios especializados en tumores ginecológicos. A diferencia de los clásicos comités de tumores, en las unidades funcionales los especialistas comparten espacio durante las visitas. De este modo, pueden visitar el paciente simultáneamente y consensuar las decisiones sobre el diagnóstico y el tratamiento inicial.
Además, la unidad funcional garantiza el acompañamiento del paciente y de su familia durante todo el proceso gracias al personal de enfermería, que lleva la gestión del caso y apoya el conjunto de profesionales implicados en las tareas de coordinación. En el ICO l’Hospitalet se creó esta unidad funcional especializada en este tipo de tumor en 1992; en el ICO Girona en el 2016 y en el ICO Badalona en el año 2017.
Los nuevos fármacos y los ensayos clínicos son factores clave a la hora de aumentar la supervivencia en este tipo de tumores. Así pues, se espera que la introducción de nuevos fármacos como los antiangiogénicos y los inhibidores de PARP a los diferentes esquemas de quimioterapia previamente existente continúe aumentando la supervivencia de estos pacientes.
Por otro lado, cabe destacar el acceso de los pacientes a los ensayos clínicos de investigación en centros de referencia, que permiten seguir avanzando en el conocimiento de la enfermedad y el desarrollo de nuevos tratamientos. Las pacientes que participan en estos estudios contribuyen a la investigación que puede ayudar, en un futuro, a otras personas y en algunos casos pueden acceder a nuevos tratamientos que todavía están en fase experimental pero que pueden mejorar el curso de la enfermedad.
Así pues, en los centros del Instituto Catalán de Oncología se llevaron a cabo 19 ensayos en reclutamiento durante el año 2016 y 27 en el 2017. En cuanto a número de pacientes participantes en estos ensayos, fueron 23 el año 2016 y 37 en 2017. Esto demuestra que cada vez se da más importancia a los ensayos para poder avanzar en la búsqueda de nuevos fármacos y tratamientos que beneficien a las pacientes.
Según los datos del Plan Director de Oncología, el cáncer de ovario es el octavo tipo de cáncer más frecuente en Cataluña con unos 445 casos al año, lo que supone casi el 3,5% de todos los tumores en mujeres. Cada año se diagnostican 11,8 casos cada 100.000 habitantes. Por otro lado, el 42% de las mujeres afectadas de cáncer de ovario sobreviven a los cinco años de la enfermedad.