En referencia a la atención primaria, Serafín Romero señaló que la evolución entre el excesivo hospitalocentrismo y los recortes sanitarios han castigado doblemente la Atención Primaria.
Tras aludir a la realidad de una población más envejecida, con más enfermedades crónicas, afirmó que “estamos asistiendo atónitos al auge creciente de nuevas puertas de entrada al SNS por parte de los ciudadanos que han encontrado en las urgencias una válvula de escape ante la pérdida progresiva de la figura del médico de familia, del médico de las personas, del médico de confianza, producida por las políticas de recortes indiscriminados que están generando un escenario que rompe la relación médico-paciente”.
Asimismo, para Romero es una emergencia abordar las tasas de reposición ante las múltiples jubilaciones que se van a producir en el sector sanitario. Y en lo profesional, demandó la implementación de un modelo de Desarrollo Profesional que defina el proceso para mantener y mejorar la competencia profesional.
Para Romero, el reconocimiento que la sociedad otorga a la profesión exige a los médicos un “cumplimiento estricto de las leyes, un claro escrutinio ético en todas nuestra intervenciones públicas, transparencia en la declaración de conflictos de interés y un comportamiento moral ejemplar”.
Afirmó que, en este contexto actual de “austeridad severa”, los médicos deben mantener la obligación de eficiencia, pero, a la vez, desarrollar un activismo social para defender a los pacientes, particularmente a los más pobres, frágiles e incapaces de afrontar sus necesidades de salud y autocuidado”.
Finalmente, expresó su compromiso por el ejercicio profesional de calidad, centrado en el paciente y en la defensa de sus intereses por encima de cualquier otro interés y condición, y en trabajar por una organización comprometida con la protección de la salud.
Para todo ello, defendió que la colegiación universal, los colegios de médicos y la Organización Médica Colegial, de los que dijo sentirse orgulloso, son los mejores instrumentos para la “defensa de los valores de la profesión, de los derechos de los pacientes y de la sociedad en su conjunto”.
En su intervención, expuso las cinco grandes líneas estratégicas sobre las que centrará las prioridades de su mandato: el modelo de Sistema Nacional de Salud, el médico, la Organización Médica Colegial, la profesión, los pacientes y los ciudadanos y sociedad.
Para el presidente de la OMC, el problema más grave del SNS es su sostenibilidad económica y afirmó que las consecuencias de los recortes económicos han generado “aumento de listas de espera y un empeoramiento notable de las condiciones del ejercicio de la profesión médica”.
A esta situación se suma el “elevado precio de los medicamentos y de la tecnología diagnóstica” y se muestra partidario de que Gobierno y CCAA se replanteen nuevas fórmulas que garanticen el acceso al medicamento de alto valor clínico y el mantenimiento sostenible del SNS.
Tras reiterar la necesidad de un acuerdo político sobre la Sanidad al máximo nivel que facilite las necesarias reformas del SNS, propuso que el Congreso de los Diputados designe una Comisión de Expertos para analizar los principales problemas de organización y funcionamiento del SNS y proponga medidas de mejoras específicas que sirvan de referencia para las reformas legislativas y la acción de Gobierno que se precisa.
Pacto contra la precariedad
Sobre la situación del médico, afirmó que es “a quien le toca gestionar la cruda realidad de las consecuencias de la crisis”, con las “limitaciones impuestas, las injerencias interesadas y las exigencias por parte de autoridades, directivos y la propia sociedad” para responder, desde su ética profesional, a las necesidades de los ciudadanos.
Denunció la precariedad en el empleo médico, tanto público como privado. En el público, con una “temporalidad injusta e evitable que está precarizando la profesión” y, en el privado, con un “abuso de las compañías aseguradoras que imponen honorarios indignos”.
La falta de planificación del número de efectivos en las profesiones sanitarias, el incremento de facultades y escuelas que deja a muchos profesionales sin salida o les aboca a marcharse fuera de España, unido a la mala calidad de empleo “destruye la motivación y arruina las vocaciones de miles de jóvenes médicos y médicas”, afirmó.
Ante esta situación, el presidente de la OMC abogó por un pacto por los profesionales sanitarios contra la precariedad y que se haga una verdadera apuesta por los recursos humanos del SNS.
En el capítulo de los profesionales hizo mención también a las agresiones a sanitarios, lacra ante la que la corporación médica ha venido actuando para concienciar a profesionales, administraciones sanitarias y ciudadanos de este problema de violencia que conlleva un deterioro de la relación de confianza médico-paciente. Solicitó que se refuercen las medidas preventivas y que las agresiones sean consideradas delito contra la autoridad tanto en el ámbito público como en el privado.
Establecer políticas de igualdad de género en la profesión médica es otro de los compromisos al frente de la corporación médica expresado por Romero, quien también planteó el acceso de las mujeres a los puestos de responsabilidad, siguiendo las pautas del Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades del Gobierno con el fin de mejorar la participación de la mujer médico en los ámbitos directivos de representación profesional.