En un metaanálisis bibliográfico reciente, publicado en la prestigiosa revista Journal of Bone and Joint Surgery, se reconoce que los pacientes obesos tienen, respecto a los no obesos, una posibilidad dos veces mayor de sufrir una infección profunda al implantárseles una artroplastia total en la rodilla, y casi la misma probabilidad de tener que necesitar una revisión quirúrgica.